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Nota a le lectore

Mucho se ha dicho de los problemas de género que tiene la lengua española. La lengua ha sido tachada de sexista y hay que enseñarle a ella que no sea tan discriminatoria. (Siéntase en libertad de usar ‘el idioma’ y tratarlo como hombre si prefiere. )

Varios intentos se han hecho para reformarla. Dos técnicas comunes son el uso de la ‘@’ y la ‘/as’: “L@s niñ@s fueron con l@s abuel@s al parque para jugar con sus perr@s,” y “Los/as niños/as fueron con los/as abuelos/as al parque para jugar con sus perros/as.” Ambos ejemplos se leen en voz alta: “Los niños y las niñas fueron con los abuelos y las abuelas al parque para jugar con sus perros y perras.”

Trece palabras, si se les puede llamar de esa manera, son leídas como si fueran veintiuna. En otras palabra, no hay madre que pueda leer esta frase sin padecer un despadre. Economía léxica es una víctima del intento de quitarle a la lengua lo de machista. Buena ortografía es otra que muere sin causa. Dentro de una década expertos encontrarán en estos símbolos las raíces de los ataques de epilepsia de no poc@s académicos/as bienintencionades.

En un intento de mantener una consistencia entre lo escrito y lo leído, en estas páginas se usará un término neutral en vez de masculino, la @, o la '/as'. Español no tiene término neutral, así que mejor nos lo inventamos ahora que nadie nos está viendo. Como la ‘o’ está acostumbrada a ver pornografía y acariciarse el falo cuando no lo están viendo, y a la ‘a’ le encanta admirar su infinita colección de zapatos y pensar en el día de su boda, usaremos la ‘e’ que en general no hace la gran cosa.

Por ejemplo, se usará ‘les niñes’ en vez de ‘los niños’ cuando hablemos de ‘los niños y las niñas.’ Si la colectividad es estrictamente de un género u otro, se usará el apropiado. Nuestra oración original, entonces, se vuelve: “les niñes fueron con les abueles al parque para jugar con sus perres.” La cual se lee tal y como está escrita, y da por sentado que es inclusiva.

Un problema que le lectore que le haya dado más de un segundo de contemplación a este plan son las palabras que terminan en ‘e’ para ambos géneros y ‘a’ para femeninos, como por ejemplo ‘los doctores.’ Nada más fácil de resolver: ‘les doctores,’ ‘los doctoros,’ y ‘las doctoras.’ La ‘e’ es, de ahora en adelante, letra representativa de la neutralidad y la ambigüedad. Consideramos que está estrategia más intuitiva, sutil, elegante, y menos escandalosa y ridícula que las otras. Lo mejor de todo es que le da al español una entonación francesa que no le viene nada mal.

Atentamente,

La Gerencia

Derechos reservados: Julio A. Pérez Centeno
Última modificación: 2016